martes, 5 de noviembre de 2013

RIQUEZA DE ARGENTINA

Situado a unos 300 kilómetros de la capital sanjuanina, encontramos el parque provincial ISCHIGUALASTO, más conocido como Valle de la Luna. Esta extraña formación arcillosa, con gran variedad de tonalidades, formas y desniveles con multifranjas de minerales y sedimentos, permite espiar la evolución de la Tierra en el período Triásico. 

Cabe aclarar que el tiempo transcurrido desde el momento de la formación del planeta hasta nuestros días fue dividido en “eras” y “períodos”, tal como nosotros dividimos nuestro tiempo en años y días. El Triásico es el primer período de la era Mesozóica, que va desde los 250 a los 200 millones de años. En ese entonces todos los continentes estaban unidos en un solo megacontinente, llamado Pangea. En el Triásico, en el borde occidental del Pangea, se desarrollaron valles en los que se acumularon sedimentos mezclados con los restos de animales y plantas que allí vivieron. 

Tal como si guardáramos en un cofre recuerdos de cuando éramos niños, Ischigualasto guardó recuerdos de esos tiempos. Millones de años después, los distintos movimientos y choques de las placas tectónicas expusieron esos valles que habían quedados cubiertos por miles de metros de roca más jóven; tal como si ahora abriéramos un cofre de recuerdos, la cuenca de Ischigualasto nos cuenta la historia de lo que pasó en ese entonces en la Tierra.






UBICACIÓN GEOGRÁFICA




lunes, 4 de noviembre de 2013

FORMACIONES ROCOSAS





RIQUEZA NATURAL

El Parque Natural Ischigualasto es uno de los enclaves mejor representados del “Monte Árido” de la República Argentina. En éste, se hallan una gran variedad de animales y plantas adaptados a la extrema aridez del medio.

Muchas de estas especies, tales como el algarrobo, la chica, los guanacos y los zorros, poseen valor comercial, por lo que han sido diezmadas por la predación furtiva a lo largo de la historia, llevándolos al borde de la extinción. Sin embargo hoy cuentan con la protección del Parque Natural y están en vías de resurgimiento dentro de la reserva.

Al ingresar al Parque Ischigualasto el visitante podrá mimetizarse con el medio, experimentando un íntimo contacto con la naturaleza en medio del paraíso que alberga a estas comunidades. Cielos surcados por imponentes cóndores, añosos cardones, manadas de guanacos y bosques de algarrobos que parecen revivir con las escasas lluvias, son algunas de las imágenes que el visitante atesorará en su memoria.